¿Y qué si me gustan los pastelitos de la Pantera Rosa? De niño, mi madre no me dejaba comprarlos. En la tienda de mi padre, no había Y no iba a ir a la competencia a dejarme allí las pesetas...
Y los bollicaos y las maritoñis y los martínez, toda la bollería industrial. Cuanto más artificiosa y más envuelta en celofán, mejor. Y cuantos más E-conservantes, mejor todavía. Cuanto más denostada esté por los cardólogos y nutricionistas, más disfruto.
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