Patios para la Poesía. Archidona, 20 de junio de 2012.
Lloraría a moco tendido si no fuese un hombre de pelo en pecho...Señor, la que me ha caído encima. Espero que le compren más libros al autor de al lado, que ha escrito una biografía novelada de Carmen Martín Gaite. Esa sí que tiene una vida pública, no yo, pobre Maldonado.
Friedrich Nietzsche
(Recórcholis, eso debe pasarle a Herminia: no soporta que Maldonado tenga vida propia).
No me merezco este destino, no me merezco que me abandonen como un vulgar personaje de libro en cualquier estantería....
No, así no era la cocina de mi piso pero podía haber sido algo similar. Cómo añoro los veranos pasados en la ciudad, cuando se podía andar de verdad por las aceras de Pedro Antonio, sin ser llevado en volandas por masas de estudiantes, sin necesidad de pensar en el extraño lugar en el que la sociedad coloca a un joven que no sale con chicas ni se gasta su dinero en alcohol.
Una cerveza fría y una lata de calamares al llegar al casa eran la delicia más perfecta Alguna vez, incluso, llegué a mentir a mis padres y decirles que me habían suspendido para septiembre con tal de no ir al pueblo y quedarme disfrutando de las soledades de mi calle....Benditos treinta y cinco grados que dejan las ciudades con los intestinos vacíos, sus escasos ocupantes felices como amebas....
Horror, llega el verano. La época en la que más se suda, los meses en los que los humanos se comportan como perros que sólo desean olisquear los culos de sus congéneres. Si no fuera así ¿para qué iban a hacinarse en las playas? ¿Qué sentido tiene buscar esta vecindad de otras carnes tan espantosa? Yo, Maldonado, jamás llegaré a comprenderlo.
Verano para mí es una cerveza fresquita en la penumbra de mi piso de Pedro Antonio de Alarcón 55, unos calamares y unas patatas fritas y una película con Hedi Lamarr o Marlene Dietrich como protagonistas, placeres conspicuos donde los haya.